Teatro para adultos

Haciendo teatro, el individuo adulto puede responder a diferentes estímulos en armonía con lo que siente y con lo que piensa. Actuar es jugar con los personajes que nosotros mismos contenemos en un contexto creativo e interior, esto permite abrir espacio a una nueva expresión, más auténtica y singular. Además de los beneficios que se obtienen al nivel del conocimiento personal, hacer teatro es una terapia que aporta el placer de formar parte de una creación artística y de un grupo. Hacer teatro es, también, ir más allá de lo cotidiano; es trascenderse y transformar la realidad buscando armonizar lo interior con el entorno.



En un taller de teatro, la persona adulta, aprende una serie de destrezas y competencias ricas y fundamentales para la vida cotidiana, en todos sus ámbitos, incluido el omnipresente mundo laboral como:

• Fomentar la capacidad para pensar, razonar, criticar o tener iniciativas (por ejemplo a través de improvisaciones, análisis colectivos de las escenas y los ensayos, aportaciones y modificaciones sobre la obra o los ejercicios, etc.).

• Otras competencias estarían relacionadas con la comunicación. Debemos leer e interpretar lo leído, hablar con corrección, vocalizar y expresarnos con fluidez (se puede conseguir con lecturas dramatizadas y debate sobre el texto, ejercicios de vocalización y proyección, hablar en público, expresión oral y corporal, etc.).

• Otro tipo se encaminaría a la adquisición de habilidades de carácter social, por ejemplo, trabajar en grupo, desenvolverse en las relaciones interpersonales, organizar y planificar el trabajo colectivo y el individual (a través de ejercicios de desinhibición ante el público, dinámicas y trabajo en grupo, coordinación del trabajo de escena y los distintos papeles, diseño, planificación, organización, adquisición y ejecución del vestuario y los decorados...)

• Desarrollar las capacidades y habilidades del alumnado a través de actividades de expresión dramática.

• Estimular la consciencia corporal, la percepción de la plasticidad del gesto, de los movimientos y de las posturas.

El taller no pretende hallar o preparar actores profesionales, sino proveer al sujeto de una serie de conocimientos, aptitudes y habilidades que mejoren sus relaciones con el medio que le rodea, lo cual se llevará a cabo de forma lúdica. Alonso del Real y Ferreras Estrada señalan en su libro “Aula de teatro”, que el teatro es fundamentalmente un juego; así que el taller de teatro debe convertirse desde el inicio en un foro lúdico.



Como decía Piaget, el juego es una actividad imprescindible, ya que la persona necesita jugar. El juego en la actividad teatral no debe entenderse como frívolo o poco serio, sino reflexivo y portador de valores democráticos, de respeto y de cooperación.



OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

En un taller de teatro, la persona adulta, aprende una serie de destrezas y competencias ricas y fundamentales para la vida cotidiana, en todos sus ámbitos, incluido el omnipresente mundo laboral como:

• Fomentar la capacidad para pensar, razonar, criticar o tener iniciativas (por ejemplo a través de improvisaciones, análisis colectivos de las escenas y los ensayos, aportaciones y modificaciones sobre la obra o los ejercicios, etc.).

• Otras competencias estarían relacionadas con la comunicación. Debemos leer e interpretar lo leído, hablar con corrección, vocalizar y expresarnos con fluidez (se puede conseguir con lecturas dramatizadas y debate sobre el texto, ejercicios de vocalización y proyección, hablar en público, expresión oral y corporal, etc.).

• Otro tipo se encaminaría a la adquisición de habilidades de carácter social, por ejemplo, trabajar en grupo, desenvolverse en las relaciones interpersonales, organizar y planificar el trabajo colectivo y el individual (a través de ejercicios de desinhibición ante el público, dinámicas y trabajo en grupo, coordinación del trabajo de escena y los distintos papeles, diseño, planificación, organización, adquisición y ejecución del vestuario y los decorados...)

• Desarrollar las capacidades y habilidades del alumnado a través de actividades de expresión dramática.

• Estimular la consciencia corporal, la percepción de la plasticidad del gesto, de los movimientos y de las posturas.

El taller no pretende hallar o preparar actores profesionales, sino proveer al sujeto de una serie de conocimientos, aptitudes y habilidades que mejoren sus relaciones con el medio que le rodea, lo cual se llevará a cabo de forma lúdica. Alonso del Real y Ferreras Estrada señalan en su libro “Aula de teatro”, que el teatro es fundamentalmente un juego; así que el taller de teatro debe convertirse desde el inicio en un foro lúdico.

Como decía Piaget, el juego es una actividad imprescindible, ya que la persona necesita jugar. El juego en la actividad teatral no debe entenderse como frívolo o poco serio, sino reflexivo y portador de valores democráticos, de respeto y de cooperación.

Metodología

La programación que se plantea se divide en diversos apartados de técnicas de expresión dramática e incluye también la posibilidad de aplicación de éstas técnicas a un pequeño montaje o espectáculo por año académico. Por tanto se repartirá el trabajo en dos grandes bloque de sesiones diferentes.

a) Sesiones dedicadas a ejercicios y técnicas expresivas en general.

En este primer grupo se tendrán en cuenta una serie de subapartados, en concreto se realizarán siete bloques de ejercicios con objetivos diversos. Los ejercicios seguirán un método progresivo; es decir, los ejercicios más sencillos están al principio y se vuelven más complejos a medida que avanzan. La dramatización es un proceso que exige el conocimiento de unas técnicas que se aprenden progresivamente y no podemos pretender empezar la casa por el tejado. Los bloques de ejercicios son los siguientes:

I. Ejercicios de situación y toma de contacto.

II. Ejercicios de calentamiento.

III. Ejercicios de respiración, relajación y concentración.

IV. Ejercicios de expresión corporal.

V. Ejercicios de voz y expresión oral.

VI. Improvisaciones.

VII. Dramatizaciones.

b) Sesiones dedicadas a preparar un montaje teatral y a aplicar las técnicas aprendidas en las otras sesiones.

En este segundo grupo de sesiones se intenta conocer y experimentar todo el proceso de puesta en escena de un espectáculo. Es conveniente desarrollarlos a partir de segundo o tercer trimestre y sirven, ante todo, para aplicar las técnicas aprendidas en las sesiones anteriores.

Se tendrán en cuenta las siguientes fases, que se aplicarán según la edad del grupo:

I. Elección de la obra más adecuada al grupo

II. Adaptación o dramaturgia del texto

III. Reparto

IV. Caracterización de personajes

V. Trabajo de mesa adaptado a la edad del grupo

VI. Planificación de los ensayos (en horario de clase)

VII. Memorización y montaje de la obra

VIII. Trabajos para la puesta en escena (construcción de decorados, diseño de vestuario...)

IX. Representación de la obra (filmación en video)

X. Visionado y comentario posterior colectivo

XI. Valoración colectiva con todo el grupo del trabajo llevado a cabo durante el año